DESDE 1972, EL SER NACIONAL PASÓ A TENER NOMBRE Y APELLIDO. Y SE PRESENTA A SÍ MISMO: “PEREYRA POR MI MAMA, INODORO POR MI TATA, QUE ERA SANITARIO”.
ORGULLO Y REJUCILO DE LA COTIDIANIDAD, SUS PERPLEJIDADES Y SUS CERTEZAS SON LAS DE CADA HABITANTE DEL PAÍS. DE LA LUZ MALA A LOS DICTADOS DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, SU ARGENTINIDAD DESMESURADA ATRAVESÓ TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS DE UN PAÍS, HACIÉNDOLAS PROPIAS. Y POR ALLÍ SIGUE Y SEGUIRÁ ANDANDO, FIGURA SEÑERA, CORSARIO SIN LORO, PERO SIEMPRE CON MENDIETA COMO AMIGO INSEPARABLE DE AVENTURAS Y DESVENTURAS. MOJÓN INSOSLAYABLE DE LA PATRIA TODA PA’ LO QUE GUSTE MANDAR.
“SIEMPRE ES UN ACTO DE JUSTICIA QUE SE VUELVA A EDITAR INODORO PEREYRA”, DICE TUTE EN EL PRÓLOGO A ESTA COMPILACIÓN DE ORO. Y NO SE PUEDE AGREGAR MÁS A ESTA AFIRMACIÓN QUE SEGUIR EL TRANCO CANSINO DE INODORO Y ADENTRARSE, MATE EN MANO, EN SU UNIVERSO.
Guion y dibujo de Roberto Fontanarrosa.
Editorial: Planeta.
552 páginas
21,5 x 31
Blanco y negro
978-950-49-7827-5