Los cuentos de Sampayo inventan un mundo que no tiene un tiempo histórico ni tampoco un espacio concreto. No se pueden definir como ciencia ficción ni tampoco fantástico. O tal vez tenga todo eso, además de un dejo de irónica y sarcasmo. Es el mundo de Sampayo, y como dice Marcelo Cohen, “un mundo donde el atormentado detective neoyorquino se roza con la aguerrida emigrante polaca, el especulador copetudo con la sagaz viuda de barrio, el bandolero comarcal con el trompetista parisino, Bud Powell con Le Pera y el escritor bulímico con su otro yo descalabrado. Piedad, risa, furia, clasicismo y delirio: bienvenidos al gabinete de Carlos Sampayo. Prepárense para emociones infrecuentes”. Y Juan Sasturain, por su parte, dice de Sampayo: “es ese tipo de narradores únicos y felices que cuenta como si no estuvieras ahí y se dejara espiar, narrara para vos mientras hace como que si no. (…) En realidad no cuenta sino escucha y transcribe con prolijidad algunos tramos de lo que le sube ya leído, soñado, inesperado y tan sutil y bien escrito o sugerente como las tarjetas del lorito de la suerte. Hay que abrir en cualquier lado y dejarlo que hable. Maestro”. Un libro tan cautivante como difícil de clasificar.
Editorial: Mil Botellas.