Un Buenos Aires de 1936, un par de días después nada más de la inauguración del Obelisco. Y de repente, el drama, lo inesperado, lo paranormal: un agujero que se abre del cielo deja caer un monstruo gigantesco. Pero la fortuna está del lado del pueblo. El monstruo cae justo en la punta del Obelisco, descuartizándose. Pero aquel extraño suceso, es solo el primero de muchos, siempre en el mismo lugar, siempre con el mismo destino trágico para esos abominables seres, hasta que… algo falla.
No es un Buenos Aires típico, sus pobladores no son humanos, la tecnología es otra, hay naves, robots, aunque no falta el tango. Una de ciencia ficción, dirán al leer estos párrafos. Si, totalmente, y al mismo tiempo, con mucho más. Porque de esos años 30 saltamos a mediados de los 50 y el paralelo continuo con la historia argentina será tan determinante como angustiante.
La Gran Estaca es ciencia ficción, con mucha acción, grandes personajes, y mucho contenido histórico debajo de una historia atrapante, vertiginosa, de batallas épicas, monstruos descomunales y un pueblo repleto de miedo e incertidumbre, cuyo destino está en manos de un puñado de héroes anónimos, que motivados por diversos intereses saldrán a luchar en desiguales condiciones al mando de enormes robots.
El debut de Tony Ganem en una obra de largo aliento no podía estar mejor, su impronta gráfica, un guion muy bien elaborado y una trama que nos mantiene siempre expectantes, hacen de La Gran Estaca uno de los grandes libros del año.
Guion y dibujo de Tony Ganem.
Editorial: Loco Rabia y La Liga del Mal.